Falla Para Crecer: ¿Es Delgado o Está Enfermo? - Parte 1

Mayo 02, 2018

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El fallo para medrar o crecer es una situación que el pediatra enfrenta con relativa frecuencia en un menor de 3 años que no consigue un peso y/o una talla como consecuencia de factores orgánicos, conductuales, sicosociales y culturales. Ante todo se debe descartar el falso fallo para crecer debido a algunos padres o abuelos ansiosos visualizan a su crio como muy pequeño o que no está creciendo de acuerdo a sus expectativas.

Los últimos informes de UNICEF exponen que en el mundo aproximadamente el 40% de los niños menos de 5 años no crece correctamente. En nuestro entorno la situación ha mejorado en últimos años. La evaluación diagnóstica, pone a prueba la capacidad del pediatra para evaluar de forma simultánea la información biomédica y psicosocial obtenidas a partir de la historia clínica y el examen físico, para descartar problemas potencialmente graves.

Las pruebas complementarias tienen escaso rendimiento diagnóstico si no hay datos sugerentes en la historia y exploración. La mayoría de los casos, 85 al 95%, son secundarios a la ingesta insuficiente, por lo general relacionados con factores psicosociales o alteración de la conducta alimentaria, que siempre hay que investigar.

Tras tratar la patología orgánica, si la hubiera, se instaurará un estrecho seguimiento con controles periódicos intervención nutricional y, si lo precisa, apoyo psicológico y social según los recursos disponibles. El pediatra puede prevenir y tratar alteraciones del comportamiento ante la comida si a lo largo de la relación longitudinal con su paciente es capaz de informar de los cambios normales en el desarrollo, apetito, o crecimiento y trasmitir actitudes y conductas positivas sobre la alimentación y la relación entre padres e hijos.

El crecimiento normal es definido por un incremento progresivo de peso y talla basado en un modelo estándar establecido para la edad, en concordancia con el potencial genético del niño. Un correcto seguimiento del desarrollo infantil permite detectar de forma precoz, desviaciones de la normalidad que podrían precisar un tratamiento específico. El término fallo de medro hace referencia a un lactante o niño pequeño (menor de 3 años) con incapacidad para conservar el ritmo previsto de crecimiento a lo largo del tiempo, lo que podría suponer un retraso en la adquisición de los logros sociales y/o neurológicos normales

En nuestro medio corresponde a la malnutrición de las sociedades desarrolladas y suele asociar una actitud anómala frente a la comida y un incremento de peso, y menos frecuentemente de talla, insuficiente para mantenerse en su percentil de crecimiento. La definición del FDM desde un punto de vista clínico se basa de forma estándar en la utilización de parámetros antropométricos ya establecidos. No existe un parámetro único que lo defina, sino que se basa en distintos indicadores y su desarrollo en el tiempo (al menos 3 meses).

Dado que hay una falta de consenso sobre que parámetro utilizar, en general usamos peso para la edad, talla para la edad, peso para la talla (índice de Waterlow), velocidad de crecimiento y distintos índices nutricionales como el IMC (índice de masa corporal).

El diagnostico se sustenta si
  1. El peso es menor del percentil 3 para la edad en al menos dos medidas distintas separadas 2-3 meses.
  2. El peso es menor del 80% del peso ideal para la edad y talla (índice de Waterlow).
  3. La curva de peso cae al menos dos percentiles principales a lo largo del tiempo, según una gráfica estandarizada.
Sin embargo no se debe olvidar que:
  • Un 5% de los lactantes a término aumenta o desciende un percentil desde el nacimiento hasta la 6ª semana de vida.
  • Un 5% entre las 6 semanas y hasta el año desciende 2 percentiles e incluso un 1% desciende 3.
  • Hasta el 20% de los niños sanos puede presentar periodos de falta de crecimiento de hasta 3 meses, por lo que la observación clínica en el consultorio es fundamental para el diagnóstico adecuado.

Por lo tanto se descarta como falla para crecer aquellos niños que tienen una talla baja familiar, un retardo constitucional del crecimiento, o aquellos que son delgados por constitución, y, para ello solo hay que mirar a sus padres en la consulta y, a veces a sus abuelos. TAMPOCO ES FALLO DEL CRECIMIENTO:

En el caso de los prematuros hay que tener en cuenta que su crecimiento fue cortado prematuramente de su fuente normal (el útero materno) y que este factor detendrá su crecimiento por lo que se calcula que dependiendo del grado de prematurez su recuperación se alcanzara así: ( menores de 32 semanas)
  • El 30% alcanzara su perímetro cefálico hasta los 18 meses.
  • El 30 % alcanzara su peso a los 2 años.
  • El 30% alcanzara su talla a los 4 años.
En el caso del niño con retardo del crecimiento intrauterino (RCIU) hay que tener en cuenta que existen dos tipos clínicos (NO son fallo en el crecimiento)

Asimétrico por que mantienen la talla y pierden el peso y se ven muy delgados pero largos, además muy despiertos al nacer. Nacen maduros y no los afectan todas las complicaciones del prematuro. Sin embardo han sufrido de desnutrición intrauterina y su organismo se ha programado para ahorrar nutrientes. No se debe sobrealimentar para recuperar rápidamente el peso porque se los programara para que sean obesos en su infancia y adultez con todas las complicaciones que esto implica (diabetes mellitus, hipertensión arterial, síndrome metabólico con hígado graso y sus riesgos cardiovascular y cerebro vascular en la vida adulta, etc.) si se maneja el aumento de peso con precaución son de buen pronóstico a largo plazo.

Simétrico o armónico: son de mal pronóstico porque corresponden a problemas endocrinológicos o genéticos. Se asocian en algunos casos a trastornos en el desarrollo sicomotor de diferente gravedad.

Tampoco corresponde a fallo en el crecimiento, aquellos niños que nacen grandes y que en el transcurso de los 2 primeros años de vida pierden peso para colocarse en el percentil que genéticamente les corresponde (Catch Down).

Lo importante del verdadero fallo en el crecimiento es que su prevalencia varia del 0.7 al 10% que su pronóstico bueno en el 75% de los casos, pero que se asocian otros problemas como:
  • Aumento morbimortalidad
  • Dificultades en el aprendizaje y la cognición
  • Inmadurez social
  • Problemas obstétricos
  • Trastornos de conducta alimentaria
  • Mayor riesgo de secuelas si se inicia en los primeros 6 meses de vida (14-60%)



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