¡Los Diez Mandamientos para que su Hijo Coma Bien!
Julio 06, 2018
Por lo menos 1 de cada 3 pacientes que asisten a mi consultorio se quejan de que sus hijos no comen "nada" o , al menos no comen bien, ya sea, porque come muy poco, o sea, menos de lo que ellos creen que deberían comer para crecer bien. En otros casos, no solo comen poco sino que son selectivos y, rechazan alimentos que ellos consideran nutritivos y esenciales para un crecimiento normal. En otros casos sus niños no tienen buenos hábitos, ya sea, porque no se mantienen sentados a la hora de las comidas y necesitan de echar mano de pantallas para engañarlos mientras ello comen "algo". Estos niños pelean para ir a la mesa, se revelan a comer los que se les ofrece, manipulan a sus alimentadores con nauseas, vómitos y se quejan de dolor abdominal, se escapan para ir al baño, o simplemente cierran los dientes y no comen.
Es importante hacer una historia de la lactancia, ablactación y de la curva de crecimiento, así como de enfermedades recientes o antiguas que expliquen la situación. Muchas veces no se encuentra una explicación y entonces se debe echar mano de los 10 mandamientos para lograr que un niño coma, o regularice su apetito. Salvo decir que algunos padres y abuelos consideran que el niño come insuficiente si no come porciones similares a las de un adulto, con lo que se promueve la obesidad, que en otros tiempos era considerado como paradigma de belleza y buen cuidado por parte de las madres. Afortunadamente los conceptos han cambiado radicalmente.
Los adultos con buenas intenciones suelen ver como un problema las conductas inusuales de un niño a la hora de comer. Sin embargo, la preferencia por un sólo alimento, el miedo a los nuevos alimentos y otros desafíos o problemas relacionados con los alimentos suelen formar parte del desarrollo normal. No hay necesidad de preocuparse si un niño se salta una comida o no se come las verduras del plato. Piense las cosas con perspectiva. Y esto te obliga a ser creativo! La variedad de los colores, de alimentos saludables y nutritivos, y la presentación de los alimentos son claves para tener éxito en lograr un crecimiento normal con una alimentación feliz.
- Los padres son responsable de qué, dónde y cuándo come nuestro hijo.
- El niño es responsable de cuánto come.
Los padres deben decidir qué come, dónde y cuándo se come, esto se debe hacer con sentido común. Aunque lo ideal es mantener una alimentación balanceada, no se debe privar a los niños de comer cosas poco saludables, como pizzas y hamburguesas, ¿Por qué? Porque ellos deben aprender que no es sano comerlos, recuerda que mientras más restricciones tengan más lo van a desear.
De igual manera lo ideal es comer todos en la mesa, compartiendo como familia que frente a la televisión, aunque a algunos les esto resulte más divertido, se debe trabajar para lograr comer al menos una comida en familia los 7 días de la semana, para así poder tener momentos únicos y especiales.
He recomendado por años a mis pacientes seguir 10 mandamientos para lograr que aquellos niños que son rebeldes a la hora de comer tengan normas y rutinas claras, estos son:
- No obligar a comer. Todo niño sano come lo que necesita para crecer. Cada uno varia en la cantidad y diversidad de alimentos, pero todos comen. Si el niño está enfermo, se debe primero sanar y luego ya comerá bien. Mientras esté enfermo se debe adecuar la dieta a la enfermedad y las necesidades y gustos particulares. Obligar, regañar o castigar a un niño a comer puede crear fobias a comer por asociar la comida al castigo o al maltrato.
- No dar líquidos antes de la comidas. Muchos niños tienen apetitos selectivos y prefieren alimentos líquidos y dulces a los sólidos y salados. Si el niño que come mal se toma un vaso de agua, de jugo o un biberón antes de comer, a la hora de hacerlo se sentirá lleno y rechazara la comida.
- No tener acceso a los alimentos. Si los niños pican alimentos durante todo el día manejaran una glicemia alta y un estomago parcialmente lleno y esto desestimula el apetito. Además, casi con seguridad buscaran y elegirán golosinas y alimentos chatarra. Son los padres quienes no los deben incluir en el mercado para no tenerlos en casa. Por su puesto que se pueden comer ocasionalmente, pero esto es la excepción no la regla.
- No perseguir a un niño todo el día con un vaso o una cuchara para que coma. Es muy aburrido, molesto y frustrante para ambos. Muchos de los niños NUNCA han sentido verdaderamente hambre, y, para comer se debe tener hambre. No es malo, y, Confucio decía que para tener hijos felices es bueno que algunas veces tengan un poquito de hambre y un poquito de frio. La necesidad crea el progreso y la satisfacción meticulosa de todos los placeres lo bloquea. Muchas de las rutinas para la vida, muchos de los hábitos y mucho de la educación del hogar comienza con las rutinas para la alimentación.
- No usar pantallas ni otros distractores a la hora de comer. Primero porque las pantallas no se recomiendan por las Asociaciones de Pediatría y de Psicología de todo el mundo antes de los 2 años, y aunque todo el mundo lo haga no deja de ser malo. Y después de los 2 años si, pero por tiempo corto y siempre lejos de la mesa de comer.
- No romper las rutinas. Se debe comer siempre en el mismo lugar, a las mismas horas y con las mismas personas. Se deben incluir una variedad de alimentos que incluyan todos los grupos (frutas, verduras, cárnicos, cereales, leguminosas, frutos secos, agua) y de manera proporcionada. Se debe servir la misma comida y no se recomiendan menús especiales para cada miembro de la familia. Los padres siempre deben dar el ejemplo. No se recomiendan discusiones y peleas, los conflictos se deben resolver en otro horario y en otro lugar.
- No hacer intercambio de comidas. Se debe servir bien presentado, con alimentos de todos los colores, en poca cantidad y se debe permitir que el niño toque los alimentos desde los 8 meses. Aunque se ensucie y ensucie el lugar, es lo normal. Los niños debe comer en 40 minutos aproximadamente, no se deben levantar de la mesa. Si se demora mucho se debe retirar los alimentos y no se pueden intercambiar. Muchos cuidadores al ver que no comen los retiran y cambian por alimentos líquidos y dulces para que "siquiera coma alguito".
- No eliminar alimentos nuevos porque el niño los rechazó. Muchas veces es necesario ofrecerlos hasta por 7 veces antes de que los acepte y les gusten, se deben ofrecer en diferentes preparación y mesclas y con mucha hambre.
- No prolongar el biberón ni el pecho materno después de los 2 años, tienden a tomar mucha leche y derivados y a no comer alimentos sólidos ni salados, o sea, apetito de bebe.
- Hay que tener mucha paciencia, porque son procesos y hábitos que demoran en cambiar y adaptarse. Siempre se debe estar de acuerdo todos los adultos y niños mayores para no sabotear el tratamiento, todos deben ser solidarios y dar el mismo mensaje.
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