Principales Trastornos de Sueño en los Niños y Cómo Tratarlos

Abril 01, 2020

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Insomnio infantil

El dormir es un acto vital, o sea, que su carencia lleva a la muerte en casos extremos: Asi como comer o beber. De hecho, la tercera parte de la vida la dedicamos a dormir. Aunque todavía no se comprende en su totalidad, es claro que durante el sueño y mientras el cuerpo descansa, se llevan a cabo una serie de actividades en el cerebro y en los demás órganos indispensables para conservar la salud física y mental. Cuando el sueño se trastorna también lo hace la memoria y el aprendizaje. Actualmente se considera que la maduración del patrón del sueño es parte del desarrollo sicomotor del niño. La carencia de sueño entonces, altera el comportamiento diurno y causa somnolencia, irritabilidad, trastornos de atención, dificultades en la interacción social, y altera el metabolismo, el apetito, las hormonas y las defensas del organismo.

El sueño es diferente en cada etapa de la vida

Se inicia en la vida fetal y se trasforma hasta la vejez del individuo. A las 30 semanas hay 2 patrones de sueño: el sueño quieto y el sueño activo. El primero será con el tiempo el REM (rapid eye movement) y este patrón de sueño prenatal se extenderá hasta los 4 a 6 meses. Se conoce como ciclo ultradiano es decir que no se sincroniza con la luz solar, como si lo hace el ciclo circadiano. Así los bebes duermen por periodos cortos sin tener en cuenta el momento del día en que se encuentran. Durante los primeros días de vida el recién nacido permanece dormido entre 14 a 20 horas al día, con periodos de sueño que toman entre 2 a 4 horas. En el neonato se distinguen 3 tipos de sueño:
  • Sueño activo: respiración irregular, REM, movimientos faciales (sonrisas o chupeteo), y ocupa el 60% del tiempo total de sueño hasta el tercer mes.
  • Sueño quieto con respiración regular, sin REM ni movimientos faciales.
  • Sueño indeterminado.
A partir de los 4 meses se inicia ciclo circadiano y se duerme más de noche y desde el 6 mes hay siesta matutina, siesta vespertina y periodo prolongado de tiempo de sueño nocturno. Entre los 8 a 12 meses el sueño es igual al del adulto. (30% REM). A los 12 meses el lactante duerme 12 horas y en esta época se manifiesta la ansiedad de separación por lo que cobra importancia establecer las rutinas de sueño. A los 2 años se duerme cada vez menos, y el pre escolar duerme entre 10 a 12 horas, haciendo 1 o 2 siestas pequeñas durante el día, o solo una en la tarde. Esta persiste hasta los 4 a 5 años. Más de la mitad de los pre escolares despiertan durante la noche, pero disminuyen con la edad, así que solo el 10% lo hará por más de 20 minutos después de los 4 años.

Entre los 5 a 6 años un niño debe dormir entre 10 a 11 horas y entre los 8 los 10 años debe dormir 9 horas en promedio. En la adolescencia se presenta un retardo de fase que hace que el joven concilie el sueño cada vez mas tarde y despierte también tarde, en nuestro medio se acuestan a dormir muy tarde pero el colegio los hace levantar muy temprano y la mayoría duerme 7 o menos horas, cuando en realidad el tiempo mínimo debería estar entre 8 a 9 horas por día.

Con base en esto pueden determinarse que el paciente presenta un problema para dormir (patrones de sueño no satisfactorios para los padres, o para el pediatra, o aun para el profesor) que no siempre indicara intervención terapéutica. Por otro aspecto el trastorno del sueño se ha cuantificado en un 30% aproximadamente por la Academia Americana de Pediatría desde el 2011. En Colombia los pocos estudios existentes en Bogotá y Antioquia respaldan esta cifra y determinan que los trastornos de sueño más prevalentes en la infancia son el insomnio, el sonambulismo, las pesadillas y terrores nocturnos, la somniloquia y el bruxismo. Los trastornos de sueño tienden a persistir durante la infancia, principalmente aquellos que no reciben tratamiento.

Tipos de insomnio

Para reconocer el insomnio de debe considerar que el problema es repetido por lo menos durante un mes en que cuesta trabajo iniciar el sueño o mantenerlo y tanto la duración como la calidad están alteradas, independientemente de la edad, horario y oportunidad de sueño y que además altera el funcionamiento diario del niño y de su familia.

Se subdivide en dos categorías:
  • Insomnio conductual
  • Insomnio relacionado con enfermedad médica, neurológica o psiquiátrica.

La mayoría de los casos es conductual: el niño no puede dormirse, tarda en dormir, tiene miedo a dormir, duerme poco, se interrumpe y después le cuesta conciliar, o despierta muchas veces en la noche. El sueño insuficiente no siempre produce somnolencia diurna sino otros síntomas, tales como irritabilidad, atención dispersa, mal rendimiento escolar con trastornos en interacciones sociales y comportamiento en general.

El insomnio conductual presenta dos patrones diferentes, uno relacionado con malos hábitos y rituales de sueño inadecuados, y otro por falta de límites en la educación del niño.

Los malos hábitos son más frecuentes en la lactancia y el preescolar y se manifiesta porque el niño presenta dificultad para dormir sin la presencia de los padres, y después presenta múltiples despertares nocturnos no logra conciliar el sueño de manera espontánea. Puede despertar hasta 15 veces por noche y se presenta por una respuesta inadecuada de los padres, que no son capaces de establecer una rutina única con relación al sueño. Se cambia la rutina para iniciar el sueño, así como el comportamiento ante los despertares lo que impide que el niño adquiera el habito de dormir. Este habito se adquiere a los 6 meses de edad, con la maduración cerebral facilitado por la presencia de luz diurna, secuencia de alimentación y la actitud de los padres. Estos niños no logran relajarse antes de dormir o cuando se despiertan en la noche y esta capacidad se adquiere entre los 3 a 6 meses. Los efectos del déficit de sueño hacen que estos niños tengan una actitud muy despierta con mayor sensibilidad a estímulos externos, como la ansiedad y la inseguridad de sus padres. El sueño es muy superficial y despiertan con el mínimo estímulo y además son dependientes de sus padres.

Entre menos duerma el niño se hace más activo, más irritable, más impulsivo y con deficiencia para fijar la atención. Por otro lado, también existen efectos adversos sobre la salud y deficiencia del crecimiento, ya que la hormona del crecimiento se libera durante la fase REM. El insomnio se asocia con obesidad por alteración en secreción de grelina y leptina, que producen incremento del apetito sobre todo en los alimentos hipercalóricos, y la somnolencia se asocia con disminución de la actividad física. Si el niño no duerme bien los padres se sienten culpables, inseguros, con rechazo y en ocasiones hasta con agresividad hacia el niño.
El insomnio infantil involucra múltiples factores que lo ocasionan que incluyen mecanismos biológicos, circadianos, del neurodesarrollo además de los medioambientales y comportamentales. Puede depender de causas médicas, tales como el reflujo gastroesofágico, alteraciones en la deglución, alergias alimentarias, dermatitis con prurito, apnea, cólico de lactante entre otros. También se debe investigar la obstrucción nasal, tos nocturna, otitis, migrañas o aun crisis epilépticas. El uso de medicamentos como broncodilatadores, antihistamínicos, antitusígenos, antidepresivos, anticonvulsivantes. En algunos casos puede estar presente maltrato o abuso infantil, conflictos o violencia familiar, o abandono.

Se recomienda a los padres hacer un diario de sueño antes de consultar en el cual se consigna hora de acostarse, hora de conciliar sueño, hora de los despertares y sus características, así como siestas diurnas al menos durante dos semanas.

¿Cómo prevenir el insomnio infantil?

El sueño es un habito que se puede modificar y enseñar y los padres deben conocer la importancia de establecer rutinas de alimentación, de baño, de sueño y posteriormente de juego, de ejercicio y de estudio entre otras. El uso de objetos como almohadas, cobijas o muñecos pueden ayudar a que el bebe se relaje y concilie el sueño. En niños mayores, estos deben entender la importancia del sueño, se debe evitar el uso de pantallas. Vivimos en el absurdo de despertar a los niños a las 5 de la mañana o aun antes para que inicien clases a las 7 de la mañana. Esto debe incluirse en la HIGIENE DEL SUEÑO, que son medidas que mejoran la calidad y cantidad de sueño.
  • Acostar al niño despierto en su cama.
  • Horarios estables para dormir.
  • Rutina antes de dormir: apagar pantallas, cerrar cortinas, leer un cuento, masaje.
  • No dormir los bebes en los brazos
  • Acostarlos boca arriba
  • Siesta vespertina lo más temprano posible.
  • Baño con agua tibia manteniendo una temperatura en la habitación agradable.
  • Apagar la luz al dormir (y la televisión por supuesto).
  • Pijama cómoda y cobijas no muy pesadas o muy calientes.
  • No alimentar al niño para que se duerma
  • Evitar café, chocolates, dulces o colorantes.
  • Evitar tabaquismo pasivo
  • Evitar actividades estimulantes 2 horas antes de dormir
  • No asociar la cama con castigo
  • Sacar tecnología de la habitación
  • Aprovechar parque y actividad fisica hasta las 15 horas

En resumen el manejo por edades está aquí:

Menores de 2 meses
  • Muy importante que el bebé esté despierto cuando coma, así comenzará a asociar la comida con la víspera.
  • Después de cada toma, ten al bebé despierto en brazos un rato para eliminar gases.
  • Después de cambiar los pañales, deja al bebé en la cuna despierta para que aprenda a dormirse solo.
  • Se debería desarrollar una rutina antes de acostarse: baño - masaje - cena - nana o cuento - dormir.

  • Entre 2 y 5 meses
    • Haz siempre lo mismo a la hora de acostarse.
    • No despierte al bebé por la noche para darle de comer.
    • A partir de los 3 meses el bebé debería dormir en su propia habitación.
    Entre 5 y 12 meses
    • En este período el bebé ya no debería comer por la noche. Si se despierta deberás calmarlo con caricias y frases cariñosas.
    • Le puedes dar un objeto transicional: un muñeco, un peluche o algo que le haga compañía.
    • Debe seguir con la rutina de antes de ir a dormir y dejar que se duerma solo.

    A partir de los 12 meses
    • El ambiente debe ser tranquilo, oscuro y la temperatura agradable.
    • La hora de acostarse debe ser aproximadamente la misma y la de levantarse también.
    • El exceso de líquidos favorece que se despierte por la noche.
    • La actividad física intensa evitará 1-2 horas antes de acostarse.
    • Evite darle chocolate y/o refrescos con cafeína.
    • No lo dejes hacer las siestas demasiado largas.

    A partir de los 2 años
  • Si el niño protesta o llora durante la noche, reflexionamos sobre lo que ha pasado durante el día, pero sobre todo no grites, dale seguridad y sigue con la rutina.
  • Evita que vaya a dormir con hambre pero no dejes que beba demasiado líquidos que harán que se despierte para hacer pipí.

Entre los 2 y 5 años
  • Sólo tienen que dormir la siesta como complemento del sueño nocturno.
  • Ten muy en cuenta, en estas edades, de no potenciar la angustia o los miedos.
  • Evita darle bebidas y alimentos excitantes.
  • Limita la actividad física intensa 1 - 2 horas antes de acostarse.
  • Nunca le asocies la comida o el sueño con un castigo o una amenaza.
  • Si el niño protesta o llora durante la noche, reflexiona sobre lo que ha pasado durante el día, pero sobre todo no le grites, dale seguridad y sigue con la rutina.
  • No pierdas la calma.

Etapa adolescente
  • Es importante tener información sobre los cambios en la adolescencia: deberá aprender a reconocer los signos de falta de sueño: irritabilidad, dificultad para despertarse, recuperación del sueño los fines de semana.
  • Evita el uso de móviles, ordenadores, tabletas... antes de ir a dormir.
  • El diálogo sobre el sueño y su influencia para la salud es primordial.
  • El padre tiene que dar ejemplos con buenos hábitos de sueño.
Recuerda que ante cualquier duda se debe visitar al pediatra. La mayoría de trastornos del sueño son comunes y tienen tratamiento.

Como gastroenterólogo pediatra y como pediatra en Bogota con frecuencia veo pacientes con alteraciones en el sueño.

Principales trastornos de sueño en los niños y cómo tratarlos


Fuente:
Asociación Española de Pediatría
Los trastornos del sueño se caracterizan por provocar problemas en relación al hecho de dormir e incluyen la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, quedarse dormido en momentos inapropiados, tener demasiado sueño o conductas anormales durante el sueño.

En este artículo explicaremos cuáles son los principales trastornos del sueño en la infancia y cuáles son las principales recomendaciones clasificadas por edad para poder encontrar solución.

De todos modos hay que recordar que este artículo no pretende sustituir la visita a vuestro pediatra.
Cuando hablamos de trastornos del sueño es porque:
  • Los problemas de sueño de tu hijo (alteraciones del humor, dificultad para concentrarse, somnolencia durante el día, cansancio físico y mental, estado general de tensión y ansiedad) afectan de manera significativa su vida diaria.
  • El problema de sueño está afectando la relación de padres e hijos; la relación de toda la familia o sus relaciones sociales y escolares.

Lo más importante es conseguir reconocer que existe un trastorno de sueño que está afectando a su hijo para poder empezar a resolverlo lo antes posible. Por este motivo, en caso de duda hay que notificarlo al pediatra.
Hay muchos tipos de trastornos de sueño que pueden afectar a la infancia y la adolescencia, para facilitar toda la información que hay al alcance los hemos dividido en tres categorías:
  • El niño que le cuesta dormirse
  • El niño que hace cosas raras por la noche
  • El niño que se duerme durante el día

1. El niño que le cuesta dormirse: Insomnio


El insomnio se caracteriza por la dificultad para iniciar y mantener el sueño, o bien la sensación de no haber dormido bien y que esto se alargue, al menos, durante un mes seguido. El trastorno del insomnio es uno de los problemas más frecuentes en los niños y normalmente, con la ayuda de los profesionales sanitarios y de su apoyo se puede tratar y resolver.
  • Insomnio conductual: es la incapacidad del niño para conciliar el sueño si está solo, presentando resistencia y ansiedad a la hora de ir a la cama. Se despierta muy a menudo.
  • Insomnio por higiene del sueño inadecuado: está asociado a actividades que se realizan durante el día que son las que impiden una adecuada calidad del sueño durante la noche (consumo de chocolate o cafeína; intensa actividad física o uso de ordenadores, consolas o teléfonos móviles ).

Síndrome de las piernas inquietas

Este síndrome se caracteriza por la necesidad urgente de mover las piernas en situaciones de reposo, hecho que aparece en muchos casos asociado a una sensación desagradable.

Es un trastorno que tiene un gran impacto en la calidad de vida del niño y puede provocarle insomnio y cansancio durante el día. Es un trastorno del que se desconocen las causas aunque parece que hay predisposición familiar.

Es primordial ofrecer a estos niños apoyo cuando están en la escuela, ya que muchos de ellos empeoran por la mañana por la obligación de estar sentados en clase, sin moverse.

Síndrome del retardo de fase

Este síndrome es una alteración del ritmo del sueño que comienza a manifestarse, normalmente, a partir del 10 años; se caracteriza por insomnio a la hora de acostarse y por la dificultad para despertarse por la mañana en el momento que toca, lo que conlleva somnolencia durante el día.

El niño puede manifestar cansancio diurno, bajo rendimiento escolar y/o disminución de la atención.

2. El niño que hace "cosas raras" por la noche: Síndrome de la apnea-hipopnea obstructiva del sueño

Este es un trastorno respiratorio que se produce durante el sueño y se caracteriza por la presencia de episodios repetidos de obstrucción completa o parcial de las vías aéreas superiores porque las partes blandas de la garganta se colapsan y se cierran durante el periodo de sueño.

Algunas alteraciones anatómicas como amígdalas grandes o malformación craneal, enfermedades neurológicas y sufrir obesidad o reflujo gastroesofágico facilitan este síndrome.

Una ronquera frecuente, problemas para respirar durante la noche, somnolencia durante el día o dficultad para prestar atención nos podrían hacer dudar de este síndrome. Su tratamiento suele conllevar una extirpación de las amígdalas o adenoides del niño o el hecho de dormir con una máscara para que respire confortablemente.

Sonambulismo

El sonambulismo es un trastorno del sueño muy común en niños en edad escolar.
Suele ser benigno y se resuelve con la edad sin necesidad de tratamiento. El niño no responde a estímulos externos y no recuerda nada.

Terrores nocturnos

Los terrores nocturnos son un tipo de trastorno del sueño que parece una pesadilla aunque mucho más espectacular. El niño, mientras está durmiendo, se incorpora bruscamente en la cama gritando y llorando, alterado y agitado. Como en el sonambulismo, el niño no responde a estímulos externos y no recuerda nada.

Pesadillas

Las pesadillas son estados del sueño largos, elaborados, complejos, con aumento progresivo de la sensación de miedo o de ansiedad. El niño se despierta muy asustado y totalmente alerta. Describe con todo detalle que el sueño que ha tenido ha sido muy angustioso y aterrador. A menudo el niño cree que lo que ha soñado ha ocurrido realmente.

Los padres no pueden evitar las pesadillas pero sí ayudarles a dormir más relajadamente, y en consecuencia esto favorece la minimización de pesadillas.

Movimientos rítmicos relacionados con el sueño

Son movimientos repetitivos que afectan a determinadas partes del cuerpo como la cabeza, el tronco, las extremidades o todo el cuerpo, que pasan cuando el niño se está quedando dormido. Comienzan cuando el niño aún no tiene el año y desaparecen a medida que se hace mayor.

3. El niño que se duerme durante el día: Narcolepsia

La narcolepsia es un trastorno muy poco frecuente en la infancia y suele establecerse durante la adolescencia y la juventud. Se caracteriza por la somnolencia de día, la pérdida de tono muscular desencadenada por una emoción, mantener experiencias vividas como reales y sufrir sensación de inmovilidad.

Este es un trastorno crónico y requiere tratamiento con el que el niño podrá llevar una vida prácticamente normal. El papel de los padres en esta etapa es especialmente importante para establecer hábitos de higiene del sueño.

Recomendaciones generales para tratar de evitar cualquier tipo de trastorno de sueño

A continuación se detallan por grupos de edad los principales consejos a seguir para facilitar un correcto desarrollo del sueño en niños. Para consejos más generales mira este vídeo del Dr. Òscar Sans, coordinador de la Unidad Pediátrica del Sueño del Hospital Sant Joan de Déu, primera unidad pediátrica acreditada por la Sociedad Española del Sueño.

Acceso a las fuentes de consulta:
Trastornos del sueño en la niñez. Associació Espanyola de Pediatria. [Fecha de consulta: 18/03/2015]

Temes de salut mental infantil i juvenil. El son dels nens. Fundació Orienta. [Fecha de consulta: 16/03/2015]

Aprendiendo a conocer y manejar los problemas de sueño en la infancia y adolescencia. Guía Salud. [Fecha de consulta: 16/03/2015]



Los niños no son ajenos a los trastornos del sueño. Se estima que entre el 25-30% de las visitas al pediatra están relacionadas con algún problema ligado al sueño, y los padres pueden hacer mucho para ayudar a sus hijos a tener el sueño profundo y reparador que necesitan para crecer, vivir sanos y mantenerse bien despiertos durante el día.

Cualesquiera que sean los problemas nocturnos en una familia (conseguir que se vayan a la cama, o que se queden en ella), hay que tener presente que son frecuentes en muchos hogares, al menos ocasionalmente.
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